Hace casi un año que no siento ganas de escribir nada, mejor dicho hace casi un año que no siento ganas de escribir nada de manera publica. Han sido meses extraños, de alejamiento por mi parte encerrándome en mi misma. Los que me conocéis de manera más intima sabéis que eso es normal en mi, pero nunca había estado tanto tiempo ausente del blog.
Pero han sido meses duros y necesitaba estar sola y pensar, y sacar conclusiones...
El tiempo de los sueños y las fantasías termino, es hora de volver a llevar las riendas y no dejar que nada ni nadie marque mi caminar, estoy cansada de ser la niña buena buena que resuelve todos los problemas existes de la gente que esta a mi alrededor.
¿Cuando es mi turno?
¿Cuando me toca preocuparme solo por mi?
A este ritmo tendré que pensar en auto pedirme una cita para tomar un café rápido con el que relajarme a solas.
Lo malo de dejarse llevar por la corriente es que te acostumbras demasiado a dejarte llevar por esa rutina.
Levantarme, poner la cafetera, ducha, desayunar, trabajo, volver a casa, descansar un poco, trabajo, casa y por suerte leer un poco.
Rutina, esa mala compañía y peor amante que te convierte en un cascaron vació e inerte de lo que antes fuiste.
Hay días que me siento tan cansada de todo, que solo pienso en marcharme y empezar de cero en cualquier lugar lejos siempre que tenga playa,
